2007/02/01

Madre




Mírala, observa su
frustración, estudia sus movimientos irracionales de importancia. Piensas que en
su cabeza solo oye esos gritos. Deseas su calma pero solo notas su delirio, lo
que cualquiera confundiría con locura. Pero sabes que esta muy cuerda, te
encanta verla cuando esta bien. Mira ya surten efectos las pastillas. Ya su tez
esta tomando ese tono de ternura que tanto te gusta. Te sonríe, te sonrojas por
mirarla tan fijamente todo este tiempo, le sonríes de vuelta, te dicen que
saldrá pronto, que ya se esta recuperando, que pronto todo estará como antes del
primer ataque.
Quieres creerlo pero no puedes, sabes que engañarte a ti mismo
no vale de nada, la miras, la quieres, sabes que es otra identidad de ella y que
la amaras también. Ella nunca te abandono, tu no la dejaras, harás todo lo
posible por que sea feliz en sus tiempos sin esta cólera. Dejaras que exprese
esas ideologías que siempre quiere comunicarte. Quieres acompañarla a sus
visitas al parque y jugar con ella en el pasto. Ahora dejas que te peine, eso
siempre la relaja, te pregunta si esta vez molestó mucho, le dices que no, que
nunca lo hace.



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