Limites y la luna...

Existe la posibilidad de que lo hagas de nuevo, disfrutar. Es algo relativo para ti, trae las maracas y acomodate al lado de la banda. El sonido fluye y bailas en tu mente, sigues los colores. Tienes sabor a miel en la boca, de aquella piel, aquella lengua, aquel beso prolongado de hace apenas 10 minutos. Se te escondia bajo las sabanas, gritaba al jugar. Ayer estabas haciendo tu mejor esfuerzo en la compañia medica de tu suegro, como siempre. Cenaste en casa con mujer e hijo, viste algo de television con tu hijo Lucas de 3 años dormido en tu regazo, lo levantas sin despertarlo, lo cepillas y acuestas, le das un beso en la frente y le dices que los monstruos hoy estan de huelga. Caminaste por el pasillo que odias. No participaste en la decoracion de la casa, es algo de la mujer, siempre te has sentido como uno de tantos muebles. Lo unico que has pensado te pertenece en ese lugar es Lucas, encuentras emocion en cada una de sus sonrisas, te place su suceptibilidad a ti, la importancia que te da, la manera en que, a parte de al otro ser practicamente invisible por los años que llama madre, te hace su todo. Vuelves a escuchar tambores y a ver el ritmo de sus caderas, su piel tostada, dejo impregnadas tus fosas nasales con su aroma, percibes la dulsura del aguardiente en su aliento. Ries y sigues haciendo ruido. Ayer te preguntabas que tan malo seria amanecer de nuevo, como aguantar una semana sin Lucas cerca, solos tu y ella... Te acostaste a su lado en su lecho inmenso. Soñaste con la soledad y vino, en una noche oscura bajo un arbol, un arroyo cerca, algo de pastel de chocolate y una situacion prohibida. Al despertar no pensaste que horas depues ibas a representar un papel estelar en una escena parecida. Saliste hacia la oficina, al llegar recibes a la primera paciente. La observas al entrar, cautivadora. Vino pues eres el unico especialista en su problema. Conversan, le das tu numero por si acaso existe alguna emergencia, es lo que haces con este tipo de paciente. Has tenido cinco consultas. Estabas cansado e ibas a salir a comer. La encuentras en la entrada del edificio y te invita. Cuando vuelves a ti te das cuenta de que van lejos de la ciudad, te dice que no deberias tener mas consultas por el dia de hoy. Te lleva al campo, una finca de la cual todavia no conoces el nombre. Te arrastra hasta una gran habitacion de madera, todo color celeste. Cierra la puerta tras suyo, te toma en sus brazos y te arroja a la cama, no sabes aun que te paso, no reaccionaste, y cuando lo hiciste, la besaste, la tomaste, apartaste su ropa y la tuya, tocaste su piel, la provaste, te encanto el sabor, sudar de esa manera, y luego tenerla sobre ti, en tu pecho al terminar. Luego saliste tras ella, ahora bailas a su ritmo, con su esencia, su olor. Un arroyo ahi cerca y la luna esta ausente. Y de tu vida solo te preocupa quien le dira a Lucas que los monstruos fueron destruidos por un ejercito de mil hombres y una ninfa esta noche.